Ucrania y Rusia se han visto las caras por primera vez desde la invasión, un diálogo que ha arrancado con recelos, como han reconocido en público los principales actores.
La cita ha tenido lugar en una de las residencias del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, en la región de Gomel.
El asistente del presidente de Rusia, Vladimir Medinski, ha detallado ante la prensa que la próxima reunión tendrá lugar en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, una cuestión sobre la que también hay acuerdo, ha informado la agencia de noticias rusa Interfax.
También tras las conversaciones, que han durado unas seis horas, el jefe de la oficina del presidente de Ucrania, Mijailo Podoliak, ha trasladado que ambas partes “han identificado una serie de temas prioritarios sobre los que se han perfilado determinadas decisiones”, según ha recogido la agencia UNIAN.
Exigencias de Putin para terminar con la guerra
Asimismo, este lunes durante una conversación con su homólogo francés, Emmanuel Macron, el presidente ruso, Vladimir Putin, expuso una serie de condiciones para terminar con la guerra.
Entre estas exigencias, se incluye el reconocimiento de la soberanía rusa en Crimea, una península ucraniana que Moscú se anexionó en 2014; la “desnazificación” y la “desmilitarización” del Estado ucraniano y que el estatuto de Ucrania sea neutral, según el Kremlin.
Putin tildó al gobierno ucraniano, prooccidental, de “neonazi”, lo que -según algunos observadores- significaría que el presidente ruso no prevé negociar seriamente con él.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó al ejército ruso a deponer las armas.
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